Me perdí y me volví a encontrar

No tenía control de nada, pero habían momentos en donde sentía que sí lo tenía, subía y bajaba, era como las olas, a veces serena y otras muy loca, su mente no paraba en un caos interior....

Cuando alguien que amas muere, se crea una conexión eterna que existe más allá del tiempo y la distancia, experimentamos que lo que la humanidad conoce como "muerte", no es tan real como pensabas, es solo una ilusión del estado físico de este plano multidimensional de la materia, nos lleva a una compresión muy baja de lo que es la muerte, es algo más, es trascender. Veía la vida tan diferente y percibía el mundo de otras formas nada normales, los que dicen ser mentalmente estables, con vidas de cliché, de historias trilladas, típicas, a las familias ochenteras de aquella época, una generación superficial, en donde las sombras estaban siempre presente y sólo podía encontrar su luz en su propia oscuridad.

En el espacio infinito donde solo viven los recuerdos, en una tarde lluviosa, fría, llena de estrellas, señales que confirmaban su existencia, dudosa de su identidad lograba reconocer su eternidad, sobrevivir era parte de su destino, el dolor forjaría sus pasos hacia una esencia más humana.

Esa noche tuvo una visión, estaba viviendo en otra realidad, en un mundo nuevo, era otro tiempo, donde la humanidad sí importaba, no había autodestrucción, había encarnado en otro cuerpo, en otra vida, libre de la mente inconsciente, había encontrado su misión, su propósito, todo era nuevo, mas claro que nunca, una continuidad de sus aprendizajes de vidas anteriores, su esencia se mantenía, su alma, su espíritu, ella existía.